No es descabellada la idea del Once Caldas, de promover juveniles en la difícil tarea de conservar la categoría, si se mira, como experiencia reciente, lo que hicieron Nacional y Millonarios que confiaron en ellos, en muchos pasajes de la Liga.

No obstante, ambos clubes recurrieron a los veteranos, en los momentos cruciales cuando pelearon el título, porque dicho está que "los jóvenes ganan partidos y los viejos campeonatos".

Jugará el Once Caldas una final cada semana, durante el segundo semestre, en su propósito de alejarse del descenso.

Requiere, para ello, una remodelación urgente de su nómina, la que hasta ahora no se aprecia. Y el aporte fundamental de los futbolistas veteranos, compartiendo las ideas del técnico y los proyectos del club, sin torpedearlos con ínfulas de entrenadores.

Ejemplo reciente el de Macalister Silva en Millonarios. El veterano medio centro, cuyas cualidades no se discuten, nunca metió la nariz en el trabajo del entrenador, pese a su influencia interna en el grupo.

A diferencia de Pabón, Banguero y Candelo, con insurgente afectación a la estabilidad de Nacional e irrespeto al entrenador. O como en el comienzo del ciclo de Pedro Sarmiento, con algunos de los jugadores de mayor recorrido, que pretendieron sabotearlo, entre componendas y conspiraciones.

De allí la importancia de los "viejos", como guías de los jóvenes, en la idea única de salir del infierno. Pensar y correr, influir y ganar.

El caso Millonarios, con su título, es un ejemplo en muchos aspectos. Desde la seriedad en la competencia, su fútbol ofensivo, el respeto al balón y al público, el compromiso aprobado por los dirigentes y compartido por el grupo y la fortaleza de carácter para salir de los desfallecimientos, sin escándalos.

El ojo clínico de sus entrenadores, comandados por Enrique Moreno, en el trabajo de base, ha sido fundamental. Coherencia en todos los aspectos.
Varios de los futbolistas reclutados, no fueron formados en el club. Llegaron recomendados o fichados de equipos de rango menor, en la categoría B, después de veedurías intensas por Colombia, apalancados luego por Gamero, quien confió en ellos, como lo pretende Sarmiento.
El triunfo de Gamero es consecuencia de un proyecto asumido con convicciones y no sostenido con terquedad.

Zarandeado por la crítica, lo sostuvieron los directivos a pesar de ser abonado a las caricaturas, a los memes y a las burlas y de no clasificar como héroe, por su pinta y la sencillez de su discurso que todos entienden.
P.D.: Hay en el trabajo formativo de Millonarios sangre manizaleña: Juan José Correa. Como en los cuerpos técnicos de otros entrenadores, regados por el mundo. Talentos que, como muchos en Manizales, preparados y bien calificados, se desperdician porque no forman parte de las roscas.