La motosierra fue una de las insignias de campaña de Milei, quien la cargaba para simbolizar los recortes al gasto público.

Foto | Marcos Gómez, AFP | LA PATRIA

La motosierra fue una de las insignias de campaña de Milei, quien la cargaba para simbolizar los recortes al gasto público.

LA PATRIA | MANIZALES

La devaluación de la moneda nacional es un fantasma del que la mayoría de gobiernos suelen huir. Sin embargo, este no es el caso del Ejecutivo argentino bajo el mandato de Javier Milei.

El presidente devaluó intencionalmente el peso argentino dos días después de posesionarse, el 12 de diciembre del 2023.

Milei avisó de estas medidas desde la campaña presidencial, cuando expresó que, con su plan de choque, la situación económica argentina empeoraría antes de mejorar. Decidir que el precio del dólar pasara de 400 a 800 pesos argentinos hizo parte de ese propósito.

Para comprender en qué consiste la lógica de devaluar el peso argentino para mejorar la economía de ese país a largo plazo, dos expertos analizan la medida que, a primera vista, oxigena las exportaciones argentinas.

Inflación más alta

211,4% fue el Índice de Precios al Consumidor con el que cerró Argentina el 2023, lo que representó la inflación más alta del mundo, según la revista Forbes.

Sed de dólares

Argentina necesita un ajuste brutal —que debió hacer hace muchos años— para bajar la hiperinflación”, asevera Gabriel Méndez, profesor de Economía Política de la Universidad Autónoma de Manizales. Él interpreta la decisión de devaluar el peso argentino como un impulso a los exportadores. “Ellos ingresan dólares a Argentina, la moneda con la que el país paga su deuda externa”, agrega el también doctor en Estudios Políticos.

Para la “sed de dólares” que padece Argentina, el vino, las carnes y el litio son parte de la receta para aumentar las exportaciones, de acuerdo con el experto.

Esta medida, empero, es un arma de doble filo, advierte: “La devaluación favorece a los exportadores argentinos, pero perjudica al resto del país porque todos los productos importados se encarecen”. Fuera del país, los extranjeros son los otros grandes ganadores con esta medida, dice el profesor, ya que Argentina se hace más barata ante los ojos de estos, que pueden comprar tierras a menor precio, mientras se mantenga vigente el megadecreto expedido por Milei el 20 de diciembre.

Vivo… a medias

El megadecreto de Milei modifica o deroga 366 leyes y entró en vigencia desde su firma. Sin embargo, su tiempo de vida es una incógnita. “Luego de pasar por la Comisión Bicameral conformada en el Congreso, las dos cámaras, por separado, tendrían que pronunciarse en contra del decreto para que no pase. Si el Senado lo rechaza, pero la Cámara de Diputados dice que sí, el decreto se mantendría”, aclara Ryan Moukheiber, magíster en Ciencia Política y Estudios Latinoamericanos.

Sin embargo, ese sería solo uno de los obstáculos que debe franquear el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Además, este transitará por la Corte Suprema de Justicia, donde se decidirá si se falla o no a su favor.

Entre las medidas promulgadas se cuentan la flexibilización de las condiciones laborales, el fin de los controles a los precios, la desregulación de los alquileres, la apertura de fronteras comerciales, la privatización de las empresas estatales y la mayor permisividad para que extranjeros compren tierras en suelo argentino.

Capital: económico o político

Detrás de las medidas de desregulación económica, argumenta Moukheiber, se oculta un potencial revés: “La trampa es que ciertas empresas y personas se enriquezcan sin que esto sea repetido en la población general. Eso podría aumentar la desigualdad”.

En síntesis, dice, no hay certeza de que se suban los sueldos si las empresas ganan más por el aumento de exportaciones. "Milei quiere pasar las medidas rápidamente porque ahora goza de buen capital político, aprovechando el apoyo popular, que está condicionado. Ese capital depende de qué tanto la gente está dispuesta a esperar los resultados prometidos. Su ventaja es que desde la campaña advirtió que las cosas estarían peor antes de mejorar”, señala.

Con esto coincide Méndez, quien recuerda el caso de Grecia, país que lleva 10 años de austeridad y empieza a salir de la crisis, a cambio de “un costo social tremendo”.

 

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Panorámica de la Plaza del Congreso en Buenos Aires, Argentina, durante la protesta del sindicalismo contra el Gobierno, el pasado miércoles.

Laboratorio libertario

El electorado argentino dio un timonazo y se decantó por Milei, la nueva cara del libertarismo, antes que por Sergio Massa, rostro del peronismo. Este último, ministro de Economía del Gobierno de Alberto Fernández, llegó al balotaje tras ser el más votado en primera vuelta, a pesar de no haber controlado la inflación (142,7% en octubre del 2023).

El estado de bienestar argentino, en palabras de Ryan Moukheiber, no tenía recursos para perpetuarse, pues lo sostenía la artificialidad: “Se basaba en imprimir dinero, pedir préstamos y controlar los flujos de la moneda para que no se devaluara demasiado”, describe.

Esa situación llevó al poder al libertarismo, una doctrina económica que propende por reducir al mínimo al Estado y hoy se experimenta en Argentina, “un laboratorio con límites legales”, como define el analista. Los ojos de la derecha en América Latina ahora observan con atención los resultados de este experimento en los primeros meses del 2024. A partir de esto, prevé el profesor Méndez, la derecha “decidirá si se sube al carro de Milei o pasa de agache”.

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